La disfagia de origen neurológico.

Como habíamos comentado en el artículo anterior, existen múltiples enfermedades neurológicas donde pueden verse comprometidas las estructuras neuronales que controlan y dirigen los mecanismos de la deglución, provocando en el paciente una disfagea neurógena.

La disfagia de origen neurológica se conoce con el nombre de neurógena, que es la dificultad para tragar como consecuencia de enfermedades que ocasionan déficit neurológico y/o neuromuscular, siendo este grupo muy numeroso (80%). La enfermedad neurológica puede presentarse de dos maneras:

  • De inicio brusco y evolución no progresiva como es el caso del accidente cerebrovascular (A.C.V, o ictus), por traumatismo cráneo-encefálico, por Parálisis Cerebral, entre otras. Que dejan signos inmediatos, pero no progresivos.

Los síntomas pueden ser leves, moderados, o severos dependiendo de la extensión del daño.

  • De inicio lento y evolución progresiva, como es el caso de, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de la Esclerosis Múltiple, la enfermedad de Alzheimer, etc. La evolución y síntomas de estas enfermedades empeoran con el tiempo y disminuye progresivamente la capacidad del paciente, aun realizando un tratamiento eficaz, sin embargo es imprescindible para la calidad de vida del paciente.

En muchas ocasiones las disfagia va ser uno de los síntomas que nos haga pensar que estamos ante una enfermedad neurológica, aunque también es un síntoma propio del envejecimiento natural, que si a ello se le suma una enfermedad neurológica el cuadro se complica.

Diagnóstico de la disfagia.

Para poder valorar las dos características de la deglución, es decir la seguridad y eficacia. Se dispone de dos grupos de métodos.

El diagnóstico de la disfagia neurógena es fundamental. Va permitir valorar la seguridad y eficacia de la deglución. Con el objetivo de evitar complicaciones respiratorias y establecer una alimentación que proporcione al paciente una nutrición e hidratación adecuada. También permite pautar  el programa terapéutico más  idóneo adaptado a la necesidad de cada persona. La valoración de la disfagia  es realizada por un equipo multidisciplinario altamente cualificado, en un contexto hospitalario. Generalmente, se suelen utilizar en un principio métodos clínicos de detección precoz y,  posteriormente se realizan las exploraciones complementarias específicas como la vidiofluroscopia,la fibrolaringoscopia y la manometría faringoesofágica,  para saber la causa de la disfagia y establecer un plan terapéutico para cada caso.

Los métodos de screening para detectar la disfagia son sencillos, rápidos y muy valiosos. Pero en muchas ocasiones la disfagia queda desatendida con el impacto que ello provoca, y no se le da la importancia que tiene.

Sería necesario hacer campañas de sensibilización, para que en todos los hospitales se crearan unidades de disfagia formadas por un equipo multidisciplinario, pues la detección y el tratamiento precoz reduce la instancia hospitalaria y facilitaría seguir con un plan terapéutico domiciliario.

Dentro de las pruebas complementarias la que goza de mayor prestigio es la videofluroscopia (VFS), va permitir saber la causa de la disfagia, por consiguiente poder realizar un tratamiento rehabilitador adaptado a la sintomatología de cada paciente.

Tan sólo hemos hecho una simple introducción de los métodos clínicos e instrumentales para el diagnóstico de la disfagia orofaríngea, consideramos que existen múltiples artículos excelentes y  con rigor científico en internet, para aquellas personas que estén interesadas en conocerlos.

 

Exploración y valoración logópedica de la disfagia.

Como hemos comentado anteriormente, es imprescindible una valoración instrumental de la disfagia para una adecuada rehabilitación. Igualmente el logopeda especialista en disfagia debe de conocer todos los datos de la historia clínica del paciente, que le serán facilitados por el equipo multidisciplinario que atiende al paciente.

Aún así no deja de ser necesario una evaluación subjetiva llevada a cabo por parte del logopeda, que nos va permitir poder diagnosticar y proponer los objetivos de la rehabilitación. No son pocas las ocasiones que no tenemos un diagnóstico previo.

El logopeda debe de conocer muy bien los mecanismos fisiológicos y la fisiopatología de la deglución, ello le permitirá hacer un adecuado diagnóstico, establecer un tratamiento rehabilitador así como para evitar las complicaciones de la disfagia. Igualmente debe de trasladar la información al equipo multidisciplinario e involucrar a la familia del paciente en el proceso diagnóstico y terapéutico, es fundamental para obtener mejores resultados.

En la valoración logopédica de la deglución se tendrá en cuenta los siguientes aspectos:

  • Patología neurológica, presencia de traqueotomía y vía de alimentación.
  • Estado cognitivo y grado de colaboración del paciente
  • Evaluación del lenguaje.
  • Capacidad respiratoria.
  • Exploración de las estructuras motoras y pares craneales que intervienen en la deglución.
  • Motilidad oro-facial, lingual y laríngea.
  • Exploración de la deglución: reflejo deglutorio a la orden de tragar en seco.
  • Auscultación del disparo deglutorio.
  • Exploración de los reflejos: nauseoso, faríngeo,  palatal y tusígeno (tos voluntaria).
  • Existencia de patología de la voz.
  • Alteraciones de la articulación (disartria).

La observación clínica permite sospechar de la existencia de disfagia. Sin embargo la valoración instrumental es la que permite confirmar e identificar el riesgo de la alimentación por vía oral.

El pronóstico de la disfagia.

El diagnóstico de la disfagia dependerá de la etiología que causó la disfagia, de los hallazgos neurológicos, de la edad del paciente, del estado cardiopulmonar y de la problemática particular de cada paciente. Existen patologías que se asocian a una mayor severidad de la disfagia. Generalmente los pacientes con disfagia orofaríngea experimentan una notable mejoría cuando realizan terapia logopédica.

  • La deglución es segura: cuando el alimento o el líquido no pasa a vía aérea. Por consiguiente, si se produce una disminución en la seguridad de la deglución, el paciente puede sufrir un atragantamiento o una aspiración traquiobronquial. No podemos ignorar que las complicaciones respiratorias son la principal causa de mortalidad en pacientes con disfagia orofaríngea.

Se define penetración como la entrada del alimento o líquido al vestíbulo laríngeo sin penetrar las cuerdas vocales. La aspiración se produce cuando el alimento o el líquido atraviesa las cuerdas vocales, y entra a vía aérea.

  • La deglución es eficaz: cuando existe un estado nutricional y de hidratación óptimo para el paciente. Por lo tanto si se produce una disminución en la eficacia de la deglución el paciente se puede desnutrir y/o deshidratar; repercutiendo este hecho en la respuesta motora faríngea.

La severidad clínica de la disfagia puede cuantificarse por medio de la aplicación de escalas.

TABLA VIII. SEVERIDAD DE LA DISFAGIA SEGÚN CAMPORA.

Normal: Masticación y deglución seguras y eficientes con todas las consistencias de los alimentos.
Leve: Masticación y deglución eficientes con la mayoría de los alimentos. Ocasionalmente puede presentarse alguna dificultad. Se requiere del uso de técnicas específicas para lograr una deglución satisfactoria.
Moderada: Deglución aceptable con dieta blanda, pero puede haber dificultad con líquidos y sólidos. Se requiere supervisión y tratamiento.
Moderada Severa: Ingesta oral no es exitosa. Se requiere supervisión constante y asistencia. Sólo puede alimentarse con un terapeuta.
Severa: La nutrición del paciente es por método alternativo. No ingiere alimento por boca.

La disfagia orofaríngea puede variar e ir desde dificultades leves de la eficacia de la deglución,  a dificultades moderadas, y  hasta la total imposibilidad para la deglución por vía oral, siendo en estos casos  necesario la colocación de una gastrostomía endoscópica percutánea.

Cuando hay aspiración siempre existe la posibilidad de rehabilitar la deglución de una manera indirecta en un principio, es decir, sin alimentación.

Una vez evaluadas las características de la deglución, es decir, la seguridad y la  eficacia, e  identificadas las alteraciones biomecánicas orofaríngeas que causan la disfagia, se establecerá un plan rehabilitador para cada paciente. Ya que la situación puede mejorar o remitir con una rehabilitación logopédica adecuada, adaptada a las particularidades de cada paciente.

No dejéis de leer nuestros artículos os seguiremos hablando sobre la disfagia. No podemos olvidarnos de que es un síntoma muy prevalente entre la población y que está asociada a múltiples enfermedades, y que sus consecuencias pueden ser muy graves para quien la padece.